EL ARTE NET
Presenta
El Arte De La Artista
Esther Campos Vasquez
Entre colores, sueños y algo más
En muchos sentidos la obra de Esther Campos Vásquez representa un regreso. No es precisamente que se trate de algo parecido a la Parábola del hijo pródigo de acuerdo con lo atribuido al evangelio de Lucas, capítulo 15, versículos del 11 al 32, pero es un retorno: a sí misma, a su vocación, al oficio que se impuso hace más de 15 años, con esmero, a sabiendas o ignorando que las vueltas de la vida lo ponen a uno fuera y dentro, arriba y abajo, lejos y cerca, pero incorporando, eso sí, modos y conceptos que hoy se expresan en formas, no muy nuevas pero propias, que de alguna manera significan eso, el volver, el retomar el camino, uno que ciertamente se anda bien y tan bien que hasta evoca otros andares, por lo pronto los de Gunther Gerzso, ese artista húngaro-alemán pero mexicano que entendía lo mismo la composición y el color que esa necesidad de vivir de otra cosa, no necesariamente tan ajena.
Esther Campos presenta ahora estos acrílicos sobre madera, con marmolina y pasta, o lámina o tela, en los que sobresale una especie de alegre noción de la vida que se traduce a tonos brillantes, a formas espontaneas con cierta dosis de premeditación, que refieren, a la vez que proponen, otra vuelta a la abstracción, es decir, a esa separada idea de la realidad en la que se precisa nada y se sugiere todo. Signo de los tiempos en que la literalidad no cabe, como tampoco hay mucho cupo para otra cosa que no sea lo diverso, lo abarcativo y lo impreciso, de lo que hay que celebrar, sobre todo, por quien lo hace y como lo hace, esas dos cosas a veces perdidas: entusiasmo y honestidad.
Omar Gasca
Octubre 2014